“La existencia de una verdad relativa no prueba la inexistencia de la verdad universal.” (Idries Shah)

Condenarro

En flagrante incertidumbre comparto éste debralle mi es_timada(o) lectora(or). La verdadera verdad es que el vocablo por sí mismo, aun cuando sea evidente, origina dudas por la conjugación o derivación del verbo flagrar y el uso en el ámbito jurídico con mayor frecuencia que en cualesquier otro. Cierto es también que, en Los Cabos, como en otros destinos turísticos de playa la voracidad de grandes inversiones nacionales y trasnacionales observan un despojo flagrante de los bienes de todos los mexicanos… y no es de hoy.

Flagrar: Del lat. flagrāre. intr. poét. Arder o resplandecer como fuego o llama.

Flagrante: adjetivo; 1. Que ocurre o se realiza en el momento presente. 2. Que es muy claro y evidente. (DRAE)

A casi un mes de mi última colaboración, puedo decir en mi defensa que no he tenido chance de atender como es debido éste espacio y al equipo de Eclipse, hay razones, pero eso no obsta para que conste ni consta para que obste que debo hacerlo con mayor frecuencia… algo debe flagrar mi capacidad creativa en esto de filosurfear. Y en realidad, lo hay, de hecho, o de facto, o de preocupación por la flagrancia de quienes de una u otra forma siguen apropiándose de los espacios que son de todos.

De seguro lo que leen no tiene nada de nuevo ni original en esencia, incluso no sólo es trillado, sino es una repetición en flagrancia del flagrante abuso que de lo que no es de nadie, pero sí de todos, desde, al menos, Costa Palmas, en La Ribera, hasta la planta desalinizadora en CSL, a pocos kilómetros del edificio de “El Faro de Cabo Falso”; camino costero, acceso libre a playas y arroyos… nimiedades que contempla la Ley General de Bienes Nacionales y los reglamentos aplicables.

Hace apenas unos días publicaron medios locales que la síndica de Los Cabos “recuperó” el camino costero, pocos días después, que los desarrolladores de Vidanta (se dice que dicen son asesores de AMLO ¿?), cerró y se apropió el camino y la playa Zacatitos… de Palmilla, ya sabemos la historia y se repite, ahí Blanca Pedrín está atenta y en pie de lucha…

Definitivamente, es un hecho que, con perdón de los cristianos, es cuestionable que “Dios”, nos haya creado a su imagen y semejanza, ni en los gemelos se da tanta similitud; en tal caso ¿Por qué las grandes diferencias no solo en la pigmentación y estructura ósea y morfología humana?, ¿Por qué el amplio abanico en el comportamiento de cada individuo e incluso en diferentes sociedades y/o comunidades?, ¿Por qué los valores tan divergentes y la brújula moral tan magnetizada? No hay que ir muy lejos, en Los Cabos hay empresarios voraces y codiciosos y otros no; hay personas respetuosas de los demás e incluso de leyes y reglamentos aun cuando parecen y en algunos casos lo son, absurdos.

En fin, me encontré una reflexión de Anand Dilvar, escritor mexicano contemporáneo, que en un fragmento señala: “No le digas a nadie, pero tú no eres un monigote de barro hecho a imagen y semejanza de nadie. No te hicieron en un día y luego te regalaron el mundo y sus bestias”. Me llama la atención porque esa idea me hace pensar en dos de los más voraces “desarrolladores de Los Cabos”: C’Questro y Gpo. Pueblo Bonito, en realidad a sus propietarios. Hoy me refiero en particular a Coppel Kelly y el edificio de El Faro de Cabo Falso, “Faro Viejo”. Lo traigo a colación porque el empresario trae a Los Cabos el programa televisivo de “Sharks”. Hasta me dieron ganas de pensar en una idea supermillonaria; desarrollar un manual del como despojar a la nación de sus bienes y que el pueblo lo agradezca… Ambos sujetos tienen amplia experiencia. Coppel se esmera en un edificio que semeja el “prietito en su arroz Qvira”, que bien explotado pudiese significar pingües ganancias en sus ventas. La ciudadanía, obvia decirlo, es un flagrante estorbo a sus intereses

La triste realidad en torno al interés social en torno a “El Faro Viejo”, oscurece la flagra que significa el conocimiento de su historia y todo lo que conlleva; desde la idea original de los faros costeros de Juárez hasta su desarrollo por el gobierno de Porfirio Díaz; lo que significó para la navegación comercial y militar, el significado que le da a la soberanía nacional y, de alguna manera, el frentazo que le dio en su momento a Japón y EUA por su marcado interés en la Península. Más aun cuando dentro del perímetro del edificio, también propiedad de la nación, sin mayor protocolo ni respeto, ondearon banderas de México, EUA y Canadá… una falta de “flag_rancia” irrespetuosidad.

En fin, mi es_timada(o) lectora(or), el debralle de hoy en ningún momento quiere menospreciar la calidad empresarial del “Shark” que en algún momento se autodenominó propietario de El Faro Viejo en sendo desplegado a dos planas en páginas centrales del Tribuna de Los Cabos hace una década aproximadamente, y quien se declarara en algún medio internacional como “Minister of Turism” cuando fue presidente de AMDETUR y empresario del año con Fox, sólo es un discurrir entre el profesionalismo hacia el dinero, sin incurrir en un análisis real sobre el valor histórico, de identidad, de arraigo y, principalmente, de respeto al entorno, después de haber arrasado las dunas en la playa de su Pacífica; me paso a retirar como un simple y flagrante loco peligroso irreverente, irrelevante, irremediable pero irresistible y real prófugo de la injusticia que será surfear en dunas en flagrante desaparición.

“Has deducido una verdad universal: la realidad suele ser injusta.”

(Patrick Rothfuss)