Por Califernia


La memoria de un triste suceso de finales del siglo 18 prevalece hasta nuestros días, la historia de una joven mujer a quien, según los relatos, su suegra arrancó la vida.


Corrían los últimos años del siglo XVIII cuando en inmediaciones del creciente pueblo de Todos Santos, una joven mujer llamada Matilde vivía con su esposo, su suegra, y un cuñado de tan solo 9 años. La joven Matilde que contaba con 18 años, quedaba al amparo de su suegra y a cargo de las labores de un pequeño huerto de calabazas, y sucedió que un vecino pasó por el lugar aquel fatídico día, y luego de saludar amablemente a Matilde, lanzó un halago al cultivo que cuidaba, a lo que ella contestó con cortesía.


La suegra, al ver aquella breve escena de cordialidad, se llenó de celos lanzando a Matilde la mano del metate e hiriéndola de muerte.


Matilde murió al instante; la mujer al percatarse de aquello fue a buscar a su hijo, a quien luego de convencerlo que había sorprendido a su nuera en franco coqueteo con aquel joven, e intentando darle una lección de buen comportamiento, la había matado.


La mujer y el hijo idearon llevarla al campo por la noche y bajo un gran palo blanco la colgaron, en un afán de convencer a las autoridades de que ella misma se habría quitado la vida.


Luego de ocho días, un ranchero que buscaba a su ganado dio con el cuerpo de la pobre Matilde; a las autoridades no les tomó mucho tiempo atrapar a los responsables, pues el pequeño cuñado de Matilde contó todo lo sucedido y la suegra y el esposo fueron apresados. La suegra de Matilde terminó sus días en la cárcel, mientras que el esposo salió al terminar sus años de condena perdiéndose en algún lugar de Sudcalifornia.


Al oeste de Todos Santos, por el camino de la Cañada y hacia Las Playitas, bajo un palo blanco se aprecia un tumba sin más referencia que ‘’La Ahorcadita’’, a donde acuden devotos para pedir o dar gracias por un favor.


Y usted, no necesita un milagrito?