Por Cecilia 8a
El 8 de marzo de 1909, trabajadoras de la compañía Cotton Textil Factory sufrieron un aterrador incendio en su campo laboral donde murieron 129 mujeres, esto luego de que ellas se manifestaran previamente por mejores condiciones laborales, mejores sueldos y jornadas de ocho horas.

En recuerdo a esa fecha se estableció como día para celebrar los logros y manifestarse por lograr otros en bien del sexo femenino en el ámbito laboral, social, académico y humano; de ahí que cada 8 de marzo se den manifestaciones en el contexto internacional, nacional, y por supuesto local.
Esta ocasión los contingentes en las cabeceras municipales de los cinco municipios del estado no se hicieron esperar; y nutridos grupos de mujeres marcharon gritando consignas la mayoría de ellas contra el gobierno, a quien hacen responsable de las desapariciones, injusticia en casos de feminicidio, desigualdad en los derechos laborales, y, por último, e inentendiblemente, el derecho al aborto, el cual es legal en BCS y casi todo el país.

Al principio todo iba bien, al menos en Los Cabos y La Paz, mujeres cantando versos a voz en cuello y pancartas con consignas como:
“No somos una, no somos diez, pinche gobierno, cuéntanos bien”
“Amiga, hermana, aquí está tu manada”
“El Estado opresor es un macho violador”
“Señor, señora, no sea indiferente, se mata a las mujeres en la cara de la gente”
“No estás sola” y “ni una más”
En San José del Cabo más de 300 mujeres se unieron a la lucha feminista por la conmemoración del día internacional de la mujer; lamentablemente, al igual que en la conmemoración anterior, no respetaron los espacios públicos que son propiedad de todos; hubo grafitis que lejos de pedir respeto y aprobación a sus derechos, faltaron a los mismos.

En la ciudad capital no fue la excepción; las manifestaciones llegaron hasta un conato de incendio.
Cabe destacar y también poner en el espacio de comunicación, que en las consideraciones de muchas mujeres que opinaron y se manifestaron por los derechos de la mujer en este país, no sobrevive el concepto de manifestarse por un derecho faltando al mismo, por lo que a su decir, no pertenecen a esa minoría, no al menos bajo esa manera de manifestarse, atropellando los derechos de otros.
