«Llevamos casi 70 años planificando vías en función del coche. Pero actualmente conviven en las calles patinetes, sillas de ruedas y motos para movilidad reducida, patines y monopatines, y también cochecitos infantiles y carros de reparto. Y las calles no son elásticas. El escenario se llena de actores que piden paso. 

Adaptarnos a estas nuevas contingencias significa asegurar que, como en alta mar, el más débil tiene derecho de paso.» (María Rubert de Ventós)

Condenarro

De regreso por estos lares mi estimada(o) lectora(or), esperando que pase por aquí una buena ola, no muy demandada por la palomilla, y que tenga una ruta bien trazada. Hoy me mueve el tema éste de la movilidad urbana, movilidad sustentable y la movilidad atascada por una normatividad de ser vicio público, que hoy día y al menos en Los Cabos, se percibe como un caos en perfecta armonía con tal idea.

De inicio: La movilidad es, en términos generales, la cualidad de movible. Más específicamente, puede referirse a: Movilidad o transporte de viajeros. Políticas de movilidad, actuaciones de la administración pública acerca del transporte, concretamente del transporte público. Hoy por hoy, el derecho a la movilidad es universal y en México se elevó a rango constitucional unos años atrás. De hecho, BCS firmó compromiso a propuesta del Senado para que cada entidad concrete su propia Ley de Movilidad. Lo intentaron en la XXIII legislatura, pero el contenido no nos daba mucho margen de movimiento libre. Ya anunciaron otro intento con otro texto, que no conozco.

En torno al párrafo anterior, cabe hacer mención a: «Solo a partir de 2016 con la nueva Ley General de Asentamientos Humanos, Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano (LGAHOTDU) se define por primera vez la movilidad como la «capacidad, facilidad y eficiencia de tránsito o desplazamiento de las personas y bienes en el territorio, priorizando la accesibilidad universal, así como la sustentabilidad de la misma» (art. 3 fr. XXV), como un elemento en la gestión de los asentamientos humanos.»

Del Art.4, fracc. X de la LGAHOTDU: «X. Accesibilidad universal y movilidad. Promover una adecuada accesibilidad universal que genere cercanía y favorezca la relación entre diferentes actividades urbanas con medidas como la flexibilidad de usos del suelo compatibles y densidades sustentables, un patrón coherente de redes viales primarias, la distribución jerarquizada de los equipamientos y una efectiva movilidad que privilegie las calles completas, el transporte público, peatonal y no motorizado.»

Lo que son las simplezas con las que se topa uno. Esta fracción «X», me trajo a la mente el artículo sobre las capacidades de carga, la inexistencia de una reglamentación al respecto. Mas en particular, el caso que nos ocupa es otra cosa.

El punto al que pretendo llegar, mi estimada(o) lectora(or), es que el tema de la movilidad ha estado presente, al menos en el sentido que abordamos, de una década a la fecha, no sólo en México, sino en todo el orbe. Para nuestro caso en particular, aun cuando siento que La Paz tiene problemas similares, es que la mayoría de las personas entienden la movilidad refiriéndose al transporte público.

El pasado jueves 10 de febrero se aprobó en Cabildo un dictamen mediante el cual se aprueba implementar mejora regulatoria vinculado a la movilidad urbana sustentable para el municipio de Los Cabos; En un documento que por extrañas y casuales coincidencias se movió hasta mis archivos, se leen, en nueve cuartillas, el contenido del dictamen, en siete de ellas, se anotan los antecedentes y consideraciones, bien desglosados y fundamentados en leyes y reglamentos en los tres niveles de gobierno; los resolutivos son el resto, dos cuartillas, los resolutivos que, en realidad es uno: la creación del Comité de Mejoras Regulatorias vinculado a Movilidad Urbana Sustentable, importante en letra, sin duda, en acciones… veremos. 

Dicho comité lo conformas 17 funcionarios municipales y/o entidades paramunicipales. Por alguna sinrazón me vino a la cabeza esa frase que se la atribuyen, unos a Napoleón y otros a Perón, que dice: «Si quieres solucionar un problema, nombra un responsable; si quieres que el problema perdure, nombra una comisión»

Ustedes disculpen mi escepticismo.

El viernes 11, el gobernador y presidente municipal tienen reunión pública con los dirigentes transportistas; cuatro días después VCC declara que se darán permisos temporales a taxistas que tengan mínimo dos décadas al volante y que pondrán especial atención a que todo se desarrolle conforme a las leyes y reglamentos. En ningún momento, programa de radio medios escritos, redes sociales he percibido el interés de autoridad alguna e incluso de los mismos transportistas denoten alguna preocupación real por los usuarios del transporte público ni del resto de la ciudadanía que padece a muschingo de sus operadores; Sin caer en la diatriba sobre taxistas vs ubers, o «turisteros», sí siento importante, porque soy usuario constante de colectivos y taxis y, por experiencia personal, dos de cada cinco taxistas, manejan con celular en mano y echando relajo con su radio y recibiendo llamadas, acelerando al gusto, no del usuario; y en horas de cambio de turno, bien puedes esperar el tuyo por más de 40 minutos; los colectivos son otro boleto del que ya comenté en éste espacio.

Por lo pronto, me imagino algo positivo, que contemplarán el nuevo trazo de rutas, análisis y ajustes de la circulación vial, alternativas de vialidades, sobre todo en horas pico, dar atención especial a adecuar las vías públicas para personas con alguna discapacidad, instalar paraderos de transporte colectivo, exigir a los concesionarios no sólo que se preocupen por manejar adecuadamente y respetar al usuario, sino también las leyes, reglamentos, la entrega de boletos de pasajeros, que no sólo es para fiscalizarlos, sino son el seguro de vida del pasajero, en el peor de los casos, de familiares; la adecuación de banquetas y cruces, acceso fácil e indiscriminado por las vías públicas y parques, edificios públicos. Y un etcétera interminable. De no hacerlo, seguiríamos, alegóricamente, inmóviles.

El tema, sin duda alguna y con el resolutivo mencionado, dará para muschingo de comentarios más, esperemos que sean a favor del usuario y, por ende, del sector oficial que se mueven en tal sentido y en virtud de que mi tabla se quedó inamovible en el punto de quiebre por un choque entre un pulpo y un cochito por no hacer cuatro altos, paso a retirarme y reiterarme como un simple y pobre loco peligroso irreverente, irrelevante, irremediable pero irresistible y real prófugo de la injusticia que significa que ponga pás interés el ser vicio público que el servicio público…

«Es una ironía siniestra sembrar de obstáculos un camino para después tener el placer de señalizarlos.» (Pascual Palazzo)