Ligia Romero

Los Cabos.- Mientras 2 administraciones municipales y una estatal aplicaban lo de las  “obras del rey van a paso de buey”, finalmente la obstinación y voluntad de hacer las cosas bien, es que la XIV Administración de Los Cabos, encabezado por el Profesor Óscar Leggs, es que pudieron acabar con el burocratismo que traía el proyecto de la nueva desalinizadora desde su gestación, rompiendo con el dicho de que “en las cosas del palacio van despacio”.

Esta obra que fue tan cacaraqueada y ensalzada, por el ex secretario del Medio Ambiente y Recursos Naturales, Rafael Pacchiano Alamán y Roberto Ramírez, ex titular de Conagua en la administración de Peña Nieto, quedaron en simples y llanas palabras, en el que el limosnero alababa su garrote.

Finalmente hasta octubre del 2020, es decir, en la administración municipal de Armida Castro, se publicó la convocatoria para la licitación de la obra y el 7 de mayo del siguiente año, salió el falló para adjudicar el contrato de la asociación público privado y en el que la pasada alcaldesa fanfarroneo que sería la privilegiada en colocar la primera piedra, sin embargo, a cosa alabada, mentira clara.

De acuerdo a información manejada por la jornada, la ex morenista; y que brincó al verde ecologista, olvidó hacer un último trámite ante la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, quedándose con las ganas de hacer algo importante en su paso por la función pública.

Sin embargo, la inquietud de ayudar, el alcalde de Los Cabos, Oscar Leggs, realizó más de 30 viajes para lograr el objetivo de dotar a los cabeños con 250 litros más por segundo, incluso amenazó con hacer plantones a las afueras de las oficinas federales, sin embargo su terquedad y deseo de ayudar a los cabeños, logró que este lunes se coloque, la primera piedra de este proyecto que se planteó 10 años atrás y se comunicó públicamente 6, hoy, ya es una realidad, demostrando el centauro de Migriño que el que persevera alcanza y que para perros los coyotes.