Sobre la inopia… las inopias

“Para vivir el hombre debe actuar; para actuar, debe tomar decisiones; para tomar decisiones, debe definir un código de valores; para definir un código de valores debe saber qué es y dónde está. Necesita metafísica, epistemología y ética… Filosofía. No puede escapar de esta necesidad.” (Ayn Rand)

Condenarro

En pocos días inicia el XV Ayuntamiento de Los Cabos su responsabilidad constitucional para con los ciudadanos cabeños todos, y sus visitantes. La aparente tranquilidad mi es_timada(o) lectora(or) que esbozan los cabildos entrante y saliente tiene diversas lecturas. En tanto los que entregan señalan, o así se difunde mediáticamente, que todo está bien, que entregan cuentas claras para amistades largas. Los que llegan al relevo muestran una seguridad tal de que conocen bien a lo que se enfrentan, lo que en realidad me lleva a la inopia. Inopinadamente.

Inopia es un sustantivo que tiene una raíz latina que es inopia; in-sin y ops-recurso; es decir, sin recursos, pobre; aún tiene otros usos, no sólo se refiere a indigentes o menesterosos, pues también se ajusta para quienes carecen de conocimientos ya sea en algo en particular o en lo general; si le busca en la internet seguro que encontrará otras como de moral, ética, mental, intelectual, cultural, espiritual, política, e incluso, podría darse el caso, en la inopia absoluta. También podría darse la de civilidad. Incluso en el derecho la inopia juega su papel, es cuando no existen candidatos que llenen los requisitos indispensables, establecidos en convocatoria previa, para ocupar algún cargo, cualquiera que sea; concepto que existe antes de la reforma judicial, que conste.

Es curioso cómo es que llego a éste punto en el que, creo yo, mi es_timada(o) lectora(or), se pregunta ¿a dónde quiero llegar con la diatriba que me cargo?, los tengo en la inopia… y no es complicado, pero tampoco tan sencillo, simple y llanamente quiero salir de mi inopia en torno a la política regional; la estatal y nacional son otro tema, también la inopia social; tengo claro que la palabra por sí misma se refiere a la carencia de recursos, pero como no especifica, todos los recursos están incluidos, algunos en la retahíla que enumeramos en el párrafo anterior. Y lo menciono ante la ausencia de todo conocimiento acerca del plan de gobierno del presidente electo y su séquito. La misma circunstancia rodea a los diputados locales, los federales traen otro rollo de momento.

Vivimos en un destino turístico que se vende al exterior como de primer orden “Destino Premium” dicen algunos. Un municipio que presenta un crecimiento demográfico de 4.9% anual, arriba de la media nacional que se estima en 0.9%; Enumerar los problemas cotidianos de la ciudadanía no sólo sería inútil y tardado; todos son añejos y conocidos por todos los que aquí vivimos, incluidos los funcionarios que se van y los que llegan, ni que decir los que sólo se enrocan. No sólo saben de ellos, sino que, los primeros estaban seguros de resolverlos, tan seguros como los que los precedieron, y los que los precedieron; y los segundos, entusiasmados, se dicen preparados, y se toparán con un PDU, que tal vez sea aprobado en el último minuto; dos ciudades con problemas agudos de movilidad, servicios públicos, de abasto de agua y tratamiento, construcciones de megadesarrollos turísticos, los DTI pues, un POELC con un rezago de décadas; un programa federal de vivienda en ciernes sin contar con reservas territoriales reales y con certeza jurídica, un proyecto turístico enorme en desarrollo cercano a Cabo Pulmo y el amparo de un Juez, “quiensabededonde”, sobre la no afectación de un proyecto, debido a un camino que en 1984 se habilitó como camino rural costero La Ribera-San José del Cabo y se entregó al servicio de la comunidad, un cabildo con un presidente municipal que a su paso por cabildo no dejó huellas que aplaudir, se evidenció, junto con otros ediles con el Estero y C’Questro, incluyendo la entonces alcaldeS.A. y el síndico Alejandro Fernández que, curiosamente, formo parta de la comisión mixta de entrega-recepción. El peor escenario que se me presenta para 2027, sería una ignominiosa inopia.

Ya divagué muy lejos, me fui hasta el 2027 y aun no empieza la XV Administración, aun así, los planes que Christian Agúndez, junto con el cuerpo edilicio y los funcionarios que lo acompañen en esta aventura donde se juega el futuro inmediato, mediato y a largo plazo de Los Cabos, sólo él los conoce, al parecer y paradójicamente ha comentado que trabajará de la mano de la sociedad, una sociedad sumida en la inopia total en tal sentido. Hasta aquí mis trepanaciones carentes de argumentos, algo así como una inopia argumentativa, paso a retirarme y reiterarme como un simple y pobre loco peligroso irreverente, irrelevante, irremediable pero irresistible y real prófugo de la injusticia que a la inopia le pudiera representar un exceso de escasez.

“Estamos muy acostumbrados a huir de la incomodidad y somos muy predecibles. Si algo nos disgusta, golpeamos a alguien o nos castigamos a nosotros mismos. Queremos sentir seguridad y algún tipo de certeza, cuando en realidad no tenemos lugar donde apoyar los pies.” (Pema Chödron)