Bajando del Cerro Prieto
“Pasamos por alto las pruebas reales. Ese es el problema. Así es como funciona nuestra mente. Las historias nos encantan. Necesitamos creerlas. ¿Y sabes qué? La necesidad de creerlas puede ser nuestra perdición.” (John Verdón)
Condenarro
Por aquí de nuevo mi es_timada(o) lectora(or), con el tema de moda en Los Cabos en torno a lo que pasará en El Cerro Prieto, bautizado ya en la segunda mitad de los 90 del S.XX, como Cerro de la Z, dado el trazo del camino construido para la construcción de la estación meteorológica, por allá a finales del 94, inicios del 95. Créame, cuando la obra ya iba algo avanzada, tal vez había prisa o algo, pero encendieron unos reflectores que llamaron nuestra atención, noche de luna nueva, era como una nave suspendida en la oscuridad, pero no, trabajaban de noche, yo cargaba un buen zoom y los veía desde la Narroterraza (recién inaugurada, a espaldas de Plaza Patio-Brisas), pero en aquel entonces, era monte, desde la casa hasta la carretera y hasta el bordo.
En lo personal, siempre me gustado eso de trepar cerros, y árboles, y rocas, bueno, hasta a los postes de la luz me trepaba de morro, El Cerro Prieto no fue la excepción, y he de decirlo, poca gente subía; la vista es espectacular, en aquellos años se dominaba la incipiente ciudad de Cabo San Lucas. Lo que conocimos como calle Miguel Ángel Herrera, hoy Pericue, es un arroyo natural que desemboca en la dársena, pasando por el Lienzo Charro, a espaldas del IMSS viejo y el centro, sólo que ya pavimentado, urbanizado pues; En tanto se fue urbanizando la zona, se zonificó, se trazaron calles, construyeron edificios y residencias y residentes de CSL empezaron a ser asiduos al nuevo Cerro de la Z, se unieron turistas y se convirtió en un paseo, deportivo, familiar, de senderismo, para fotografía paisajista; pero, a excepción de las calles, todo era y es propiedad privada.
El cambio de uso de suelo para que el desarrollador, debida y legalmente acreditado proceda, con esto me refiero a todos los requisitos como: escrituras, manifestación de impacto ambiental, factibilidad de agua, etc., etc., fue aprobado por mayoría en sesión de cabildo de monte a turístico, en términos coloquiales. Se dice que serán hoteles y residencias… colindantes con El Pedregal (Cerro de la abundancia) y Balmaceda (PB)… bara, bara no van a ser. Se dice que el consorcio de Coppel le compró a Óscar Palemón Camú Montilla, siendo así, podría especular que la estación meteorológica quedará encerrada por un anillo de exclusividad, a menos que el Ayuntamiento lo evite.
Entiendo la reacción popular en torno a que el camino al mirador que ofrece la cima del cerro sea cerrado al público. El cuerpo edilicio del Ayuntamiento que preside Óscar Leggs, de acuerdo a lo señalado en su rueda de prensa condicionaron a que dicho acceso sea parte del área de donación que manda la Ley. Con perdón y sin permiso, pero la servidumbre de paso, indicada en el PDU en su última actualización, con acceso a El Faro de Cabo Falso y su playa existe, a decisión del consorcio, sólo en documento. Y eso que se trata de un bien nacional. Ese sí, icónico náutico.
Algo curioso, es que aún no terminaban de votar con el tal cambio de uso del suelo cuando en las redes sociales ya hasta lo habían convertido en icónico paseo y personajes de la política lo reclamaron casi como de dominio público. Irónico resulta que entre detractores hay quienes andaban, casi, repartiendo claves catastrales a “propietarios colindantes” del Estero, por ejemplo, o que, en ya casi 20 años del cierre al acceso al Faro Viejo, no han promovido o participado en la recuperación al público de ese bien, o que callaron en la paulatina privatización, esa sí, del camino costero entre La Playa y La Ribera… y la desaparición provocada de la playa del poblado de La Playa, y el trazo carretero entre otras irrelevancias.
Estoy casi completamente seguro que la plusvalía de colonias como Lomas del Cabo, Lienzo Charro, Libertad, la que se creó en terrenos que vendió CORETT se verán beneficiadas, sin embargo, en mi debraye, no dejo de pensar toda esa zona como en “La casa tomada” de Julio Cortázar.
¿O será que toda esa retahíla de protestas que generaron un sinfín de “calumnias” se conviertan en la distracción precisa para que todo se tramite en “fast trak”, incluidos los 10 mil usd por habitación turística autorizada que ingresarían, en caso de su creación, al fideicomiso que propone el C’Questro? Ya ven como es uno de intrigoso, y con eso que tienen una exsíndica en sus filas…
Continuo en modo sin perdón y sin permiso; tal vez, si las áreas de donación incluyen la cima toda del cerro, bien podría convertirse en un senderismo botánico de especies endémicas, como el proyecto de El Cerrito del Timbre, pero que éste si se haga. Ahora que si se desarrolla como acostumbra el Shark mazatleco ya me imagino un mirador-sala de ventas de toooodo, hasta donde la vista alcance…
Pues así es esto de la especulación mi es_timada(o), mientras se define qué, cómo y cuándo se desarrollará y vemos si se tapiza de concreto con albercas y otras peculiaridades la ladera del cerro, o se autoriza baja densidad, yo preparo mi tabla y espero la primera lluvia para deslizarme por el arroyo sin nombre que llega al centro histérico sanluquense, como un simple y pobre loco peligroso irreverente, irrelevante, irremediable pero irresistible y real prófugo de la injusticia del daño que causa lo que no ha ocurrido…
“Deseando recuperar sus cosas, que iban recordando cuando las buscaban en los cajones de las cómodas, para luego mirarse con tristeza.” (Julio Cortázar, “Casa tomada”)