Por décadas el área natural protegida del Estero Josefino ha sido impactada por desarrollos turísticos y que al parecer, no tienen “llenadera” y sumado a esto, está la mano del hombre que provoca serios incendios, ya que en más de un año, se han afectado arriba de 60 hectáreas, así lo refiere Blanca Pedrin, nativa de la cabecera municipal de Los Cabos.

En días pasado diversas agrupaciones civiles y población de todas las edades preocupadas por el Estero de San José del Cabo, manifestaron su preocupación ya que semanas atrás, un voraz incendio generó caos y desolación, mientras que la fauna que alcanzó salir del lugar, hoy no cuentan con un lugar seguro donde vivir y todo por culpa de la mano del hombre.

Dentro de la reunión se hablaron de las debilidades y necesidades muy remarcadas dentro del estero, mismas que se van recrudeciendo conforme pasa el tiempo, puesto que hay un descuido de décadas que evidencian las condiciones críticas del lugar.
La empresaria Blanca Pedrin, refiere la importancia de que la población se involucre en el rescate del lugar y trabajen de manera conjunta con las autoridades y así tomar decisiones concretas, es decir, formar un consejo en el que esté conformado 50 y 50, autoridad y sociedad organizada netamente genuina.
Dijo que hay empresarios que sólo se dedican a limpiar ciertas zonas de área natural protegida, obvio las cercanas a su propiedad, criticando que la ayuda debe ser mas que eso, y no utilizar la buena voluntad de los jóvenes que se involucran en fines de un solo grupo y no para bien colectivo.
Lo más delicado de todo esto, es que hay la pretensión de retomar mega proyectos de obra dentro del Estero Josefino, sin importar que es un sitio que alberga cientos de aves endémicas y migratorias, además de ser zona de anidación de diversas especies.

Concluyó y coincidió con los representantes de las diversas asociaciones civiles, de entablar denuncias colectivas para atender lo relacionado al despojo de áreas protegidas dentro del Estero Josefino y la pretensión de empresarios de ampliarse de manera premedita y alevosa en la zona, sin respetar normas pero sobre todo el clamor de una sociedad preocupada y dolida ante la impunidad del ecocidio.