‘’La descarada’’
Por Cecilia 8a
‘’¿Qué te andarás todo el día de casera?’’
-Preguntó Juancho a Marieta.
‘’¿Qué acaso te toma todo el día llevarles de comer a los del circo?’’
‘’Ora sí, candil de la calle y oscuridad de tu casa Marieta…’’.
-Hay Juancho, déjate de celos, puro amargarte la vida y de paso la mía.
‘’Sabes qué?.. -dijo Juancho, ya estoy harto; lo mejor es que cada quien tome su rumbo’’.
‘’A ver Juanito, te vas conmigo, o te quedas con la coqueta de tu madre?’’.
-Sollozando Juanito toma su sombrerito y una cobija, y sin decir palabra se acerca a donde su padre para indicar que se va con él…
-Juancho hace lo mismo, entra al cuarto de petates y toma una cobija, la echa sobre el burro, se monta, carga a Juanito y emprende la marcha lanzando sendas sentencias sobre Marieta.
‘’Ya verás cuando se vaya el circo y los cirqueros, a ver qué haces sola, si hallas quien te mantenga, sin mis amores que te han sido fieles a pesar de tus travesuras’’.
‘’Ándale sii’’, -contesta Marieta confiada.
-Juan emprende camino; solloza con ritmo al trote del burro. Juanito arquea las cejas y hace un mudo puchero.
Llevan apenas dos kilómetros de camino sin rumbo cuando de pronto canta una inocente paloma y Juanito dice…
‘’Ói pápa, la paloma de mi máma’’…
‘’Cállese mijo, no me recuerde a la pispireta de su máma’’.
-El dolor y el silencio cubren aquel trote; avanzan dos o tres kilómetros más, y otra paloma en lo alto de un pinar entona su lastímero canto… tú cutu cutu cutúuu…
-Y Juanito con un nudo en la garganta le dice de nuevo a su padre… ‘’ói pápa, la paloma de mi máma…’’.
‘’Ya le dije mijo que no me recuerde a la Marieta, no me quiere con la misma juerza que la quiero yo…’’, -contesta Juancho a su hijo.
-Juancho y Juanito siguen su camino en silencio, cada uno con sus propios sentimientos; y hasta pareciera que el mismo burro lleva su pena.
-No han cruzado palabras nuevas en su camino a trote, cuando de nueva cuenta canta una paloma a la orilla del camino…
-Juanito con llanto ahogado exclama, ‘’ói pápa, la paloma de mi máma’’…
-Juancho, con el hastío que causa la distancia, contesta casi llorando…
‘’Dele vuelta al burro mijo, sea por Dios, esa paloma es tu madre que nos llama’’.
-El burro aligera el trote, parece que también tiene prisa por volver; a Juanito se le compone el rostro y ahora la sonrisa asoma por su boquita.
-Juancho se siente de nuevo entero y hasta fuetea suavemente al burro para llegar más pronto.
-La tarde aun no oscurece cuando llegan al jacal, donde la Marieta, confiada, tiene una olla de frijoles en la hornilla.
-Llegan, y el perro alegre mueve la cola para recibirlos.
-Juanito lleno de alegría exclama, ‘’mira pápa, el perro todavía nos conoce…’’.