Sobre el progreso espeso.

“La investigación de las enfermedades ha avanzado tanto que cada vez es más difícil encontrar a alguien que esté completamente sano.” (Aldous Leonard Huxley)

Condenarro

¡Aquí nomás!, ¡progresando ando!, mi es_timada(o) lectora(or), en ésta ocasión no me tomó tanto tiempo compartir una más de mis trepanaciones. En ésta entrega abordo, o intento, el tema éste del progreso, un sustantivo bastante sustancial, he de decir, el que encierra toda una diatriba de lo que el concepto por sí mismo creemos significa.

La palabra proviene del latín progressus, y se refiere a la acción de ir hacia adelante; avance, adelanto, perfeccionamiento, define el DRAE; por su parte el DEM (Diccionario de Español Mexicano) lo define como: Movimiento de algo hacia adelante o desarrollo de algo en el tiempo; Idea del desarrollo gradual e ilimitado de la civilización humana hacia mejores formas de existencia, de conocimiento y de comportamiento moral. El diccionario filosófico lo contempla en el sentido del desarrollo y regresión del desarrollo social. Lo que es lo complicado e inestable del concepto, que Ambroce Bierce no lo contempla en su diccionario del diablo. Así la cosa, no progresamos mucho en la comprensión total del vocablo.

Si bien es cierto que el vocablo se convirtió en un concepto filosófico, político y social en el S. XVIII, la idea de tal viene desde los antiguos griegos… al parecer. A partir del idealismo occidental, van apareciendo diversos progresos que se clasifican en 5 tipos: Económico, social, moral, científico y antrópico… en lo personal éste último es innecesario, pues los cuatro anteriores son, por naturaleza, antrópicos. Imagino que es parte del progreso analítico y de simplicidad complicada.

Podría adentrarme y avanzar más en la explicación, que nunca será total del progreso y todas sus derivaciones; la palabra tiene cerca de 20 sinónimos, más el progreso lingüístico que nos compartió Gabriel Zaid, es que los sinónimos nunca significan lo mismo y se usan de acuerdo al contexto en que aparecen. Tal vez aplicaría como el florecimiento de la retórica o profesionalismo y la perfección de la demagogia…

He leído y escuchado muchas veces frases como “al progreso nadie lo detiene”; “el costo del progreso es alto, pero…”. Algo que veo cotidianamente. En Los Cabos es punto más que evidente. Como también lo es el hecho que el progreso en la calidad de vida para algunos, llega a ser el progreso en el declive de la calidad de vida de más. Los progresos, adelantos, avances bonanzas, ventajas que nos genera el progreso científico y tecnológico, también se relacionan con una cita de George Orwell: “El progreso tecnológico se permite solo cuando sus productos pueden aplicarse de algún modo a disminuir la libertad humana.”

Con la idea de medrar en mi percepción social, caigo en que muchos de los segundos trabajan para los primeros… debrallo, entonces el progreso de los primeros se lo deben a los segundos, bajo sus órdenes… singular circunstancia progresista ¿no? No obstante, el progreso de Los Cabos como destino turístico Premium es hasta envidiable. Progreso moral en proceso.

Las imágenes que acompañan éste debralle, son en su mayoría cortesía de “Cabeño Aviada #BCS”, 6 de las comparativas, dos me las enviaron anónimamente, la principal la baje de internet y también las del contraste $ocioeconómico… me resulta espeso el progreso, por eso sincera o hipócritamente –se lo dejo a su sarcasmo progresista- que gacho por unos, pero que bueno que no me tocó a mí, que no soy ni de unos ni de otros sino que todo lo contrario, me retiro y reitero como un simple y pobre loco peligroso irreverente, irrelevante, irremediable pero irresistible y real prófugo de la injusticia que civilización sea sinónimo de progreso…

“La modernización siempre cuenta su propia historia como una cadena de sucesos que tienen un único fin: Un barco que evitó el naufragio a costa de la tripulación.” (Fabrizio Mejía Madrid)