Por Cecilia 8a
Corren varias versiones, pero me limitaré a las experiencias ocurridas a dos personas cercanas a mi, que me consta, en distintas fechas y circunstancias, pasaron ese muy mal rato.
Corrían los años 80’s, y varios jóvenes de mi edad en ese entonces, venían de madrugada de fiestear de un poblado en el Valle de Santo Domingo hacia otra comunidad; eran cinco viajando en un Mercury 68, probablemente habrían consumido algún tipo de bebida alcohólica, el caso es que en determinado solitario tramo de la carretera, una persona se atravesó intempestivamente al paso de aquel vehículo, todos lo vieron, el conductor dio volantazo, serpentearon, y afortunadamente logró retomar el dominio de aquel Mercury.
Lo vieron, lo vieron?, preguntaba desesperado el conductor, todos asentían; sí, afirmaban, de dónde salió; porqué se atravesó?…. muchas preguntas irrumpían aquel momento lleno de emociones, de susto.
Devuélvete!, gritaban algunos, hay que salvarlo!; nooo, ni se te ocurra!, opinó alguien más contrariadamente. El caso es que sin mayor malicia, y llenos de temor por lo que podrían encontrar, se devolvieron, circularon despacio por el tramo del suceso, detuvieron la unidad, bajaron dos o tres, echaron la luz en ambas direcciones, y nada, no encontraron a nadie herido por ahí.
Subieron de nuevo y se retiraron no sin antes percatarse que con el susto no revisaron el carro, el cual no presentaba ninguna abolladura o roturas en el vidrio, nada; total llegaron al pueblo y cada uno se fue quedando en su casa, confundidos, aterrados.
A otro día, se reunieron de nuevo a temprana hora, comentaron el asunto, y estuvieron pendientes de que en la comunidad alguien encontrara al ‘’atropellado’’, aunque guardaron el secreto por varias semanas, meses quizás, para evitar resultar culpables, pero jamás se oyó de accidentado alguno en la carretera, incluso estuvieron pendientes por varios días a ver si resultaba una zopilotera en la zona, pero nada, todo quedó en una terrorífica experiencia de 5 jóvenes que aun afirman haber vivido aquel suceso.
En un tiempo distante, 2013, un joven ingeniero que viajaba de Los Cabos al Valle, habiendo tomado tarde la carretera, cruzaba aquella solitaria vía por la madrugada cuando, zas!, se le atraviesa una figura humana intempestivamente, igual como sucediera en los 80’s a los cinco jóvenes del Mercury.
Al borde del infarto, sumamente asustado no se detiene hasta llegar a la casa de la abuela, se baja corriendo, entra, un tío se da cuenta que va algo mal, y lo auxilia; el joven ingeniero le cuenta lo que le acaba de pasar, le dice, ¡atropellé a alguien tío!, no hijo, cálmate, a ver veamos cómo quedó el carro, casi sin aliento van al carro, y cuál va siendo la sorpresa que no presentaba ni una leve abolladura, el tío le contó la versión del atropellado fantasma que varias personas han vivido al circular por la madrugada en esa carretera; el ingeniero, ahora experimentado, aun cuenta esa experiencia a riesgo de que lo juzguen loco.
Hay quien dice que el hecho se repite con el aniversario de un suceso real lejano, pero quién puede afirmarlo; como siempre, el lector tiene la última palabra