“Los seres humanos no pueden vivir confiados sino luego de haber dominado lo que los rodea y en donde sus vidas acumuladas durante siglos superan en número las vidas vegetativas que los rodean.” (Aldous Huxley)

Condenarro

Estamos llegando ya a la “temporada de huracanes”, cuando se hace patente la prudencia, la previsión y/o prevención. Como ciudadanos, mínimo surtir imperecederos, o checar los del año pasado, si no caducan aun, pues seguirá ahorrando; agua, gasolina, lo básico, impermeabilizar. Al Municipio, Estado y Federación, lo conducente a protección civil, limpieza de cauces de arroyos, obras de drenaje y alcantarillado, señalamientos y alumbrado viales, nomás para agarrar la tabla y surfear al centro de mirón estorbante, “de güichanomas pué”.

Entrecomillo la temporada de huracanes, obvio que así la conocemos y ubicamos en nuestros calendarios, pero dudo que los de Tláloc, Chak Moll, Kukulkán, Niparaja, y sólo por mencionar algunos de la región, se apeguen; ya los veo agendando su turno, éste año iniciamos pacíficamente, esperemos, con “Alex”.

Por lo tanto y por lo pronto, el ayuntamiento ya se aplica, coordinado por Protección Civil, Servicios Públicos y Ecología en lo que a limpieza de cauces de arroyos se refiere, se reconoce y aprecia. Pa’no abundar en torno a los aluviones naturales, les comparto un artículo sobre sus efectos y las causas antrópicas, lo escribí en Tierra Pericué*, en septiembre de 2015, digo, por si les interesa nomás, si no, pues no.

Ahora, los problemas que enfrenta la ciudadanía en la temporada de huracanes, de una u otra forma, ya la mayoría tiene experiencia, tendrán sus vituallas, espero. Las complicaciones urbanas, que ya la mayoría conocemos, no dejarán de ser preocupantes y, la verdadera verdad, una monserga, así la cosa, yo sugiero, cuando un meteoro venga de pasadita, y si acaso tiene nada que hacer en la calle, no salga a evidenciarlo, lo bueno de la pandemia, es que nos entrenó a estar en casita…

Es en este aspecto en el que me entretengo en esta entrega. Aparte de los aluviones que bajan de aguas arriba, arrastrando toda la basura que, por descuido, claro, se acumula en dichos cauces, que hoy están limpiando, o tratando, me encuentro en medios impresos y digitales el ya estresante aluvión vehicular entre San José y San Lucas, y en las principales vías de ambas ciudades. ¿Falta de planeación vial?, ¿nimia educación vial?, ¿falta de señalamientos? Posiblemente todas. Preocupante, al menos por lo que me toca, el que, por extrañas y casuales coincidencias, se agudiza el conflicto entre taxis y choferes de aplicaciones y, “pior”, la “necesidad de convertir el corredor, carretera transpeninsular, Federal N°, en un boulevard y que surja nuevamente aquello del trazo carretero… ¿el aluvión de la voracidad y codicia?, o ¿tan sólo reafirmar la institucionalidad del C’Questro?

Es interesante el tiempo en que todas estas dudas se presentan como en confabulación, bueno, la realidad es que siempre han estado ahí, lo mismo que la recuperación plena de los caminos vecinales, principalmente el de la costa, que además resulta ser la servidumbre de paso de acceso a todas y cada una de las playas a lo largo del litoral entre La Playa y La Ribera.

No crea mi es_timada(o) lectora(or) que nomás me gusta criticar y atacar a los señores del dinero, o quienes consiguen a otros señores con dinero para que inviertan y ellos ganen sin tanto riesgo, nada más lejos de mi intención. Toda inversión con inherencia a la calidad de vida de la población toda será siempre bienvenida y aplaudida… algo que, al menos en Los Cabos, no se ha visto. Conforme la inversión que nos llega se asienta en la región, se complica el acceso a todas esas playas. Inversiones que crean un aluvión de mano de obra foránea que en gran medida también se asientan en la región, lo que se traduce en un crecimiento demográfico-urbano que rebasa toda planificación… no creo necesario ejemplificar; Odile y Lidia, por decir los más recientes lo hicieron “muy profesionalmente”. Inversionistas, válgame el comentario, que llegandito exigen que todo mejore porque sus clientes son muy exigentes, porque “traen el progreso con calidad” … ¡hágame el fabrón cabor”!, pero bien que buscan estímulos fiscales y en muchos casos sus ingresos van a cuentas extranjeras, pagan salarios mínimos o, en su caso, por medio del outsursing, evitándose obligaciones de ley… denotan su “compromiso $ocial.

Usted disculpara mi es_timada(o), el aluvión de idas que se agolparon en mi chompeta, pero, imagino, se dieron sólo por extrañas y casuales coincidencias de temporada de huracanes, que se suman al caudal de intere$e$ $untuarios, socialmente hablando claro, por ende y antes de que mi tabla se atasque con alguna lata sobre la cresta de mi aluvión filosurfeable, me retiro y reitero como un simple y pobre loco peligroso irreverente, irrelevante, irremediable pero irresistible y real prófugo de la injusticia que significa un aluvión en tiempo de secas…

“Se puede confiar en las malas personas, no cambian jamás”. (William Faulkner)

* http://www.tierrapericue.com/2015/09/aluviones-riesgo-constante-en-los-cabos.html